Terminando el 2020, la Empresa Metro y la entidad responsable de formular el nuevo POT vieron renunciar a sus cabezas. ¿Qué retos asumirán los nuevos fichajes?
La Empresa Metro, a la espera del gerente
En hermetismo se ha mantenido la elección de la persona que gerenciará la Empresa Metro. Después de todo, es una decisión vital para Bogotá: de la nueva cabeza de la Empresa Metro dependerán tareas claves como ejecutar la línea 1, el contrato de concesión más grande del país; estructurar la factibilidad y estudios y diseños de la línea 2 (que va hacia Suba y Engativá), y planificar la red de metro con las líneas que siguen y pensar su articulación con otras redes de transporte: Regiotram, TransMilenio y la red de ciclorrutas de Bogotá.
Andrés Escobar Uribe, el primer gerente, estuvo con el proyecto del metro y luego con la Empresa entre 2016 y 2020. En su gestión se estructuró, licitó, contrató y firmó el acta de inicio de obras de la línea 1. Sin embargo, es criticado por no cumplir con los plazos, y también en su periodo hubo demandas y cuestionamientos.
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Para Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, el sucesor o la sucesora de Escobar requiere “un perfil técnico con habilidades de negociación política. Se necesita un gerente que tienda puentes con la Nación y sea capaz de liderar el proceso más allá de los periodos de gobierno”.
Por otra parte, los estatutos del metro (de 2019) han establecido que el gerente debe tener formación profesional con conocimiento en administración, economía, arquitectura, ingeniería civil o afines, posgrado y al menos 12 años de experiencia. También se califican como esenciales conocimientos en estatutos anticorrupción, normas de contratación, normas ambientales y urbanísticas y proyectos de inversión.
Sin embargo, los requisitos podrían ser mucho más exigentes de cara a la reestructuración que atravesará la Empresa Metro en 2021. Una consultoría les indicó a la alcaldía y a la junta directiva que la Empresa Metro debía apuntar a una visión más regional de movilidad. Esto significa que el nuevo gerente debería tener conocimiento en planificación regional y conceptos de multimodalidad y movilidad a una escala mayor a la distrital.
¿Qué retos enfrentará?
El 2021 será el año en que se adelanten los estudios de ingeniería de detalle, que seguramente estarán bajo la lupa de veedores y ciudadanos. El próximo gerente también deberá enfrentar la construcción del Patio Taller, una de las obras más complejas; el traslado de redes, con una retadora intervención del acueducto en la Primero de Mayo con carrera 68; las obras del deprimido de la calle 72 con avenida Caracas; y, si su periodo de permanencia lo permite, el levantamiento de las primeras pilonas del viaducto. Oróstegui señala, además, que el gerente “debe prestar atención a la adquisición de predios y la gestión social con comunidades afectadas por las obras”.
Hacia febrero, el gerente recibirá noticias de la línea 2: si deberá ser subterránea, elevada o a nivel. Le quedarán pendiente también la factibilidad y la estructuración financiera (que se supone debe hacerse entre finales de 2021 y el primer semestre de 2022) para poder salir a licitación y contratación de obra.
En resumidas cuentas, hoy está en juego la elección del ‘padre’ o ‘madre’ de la línea 2 y el heredero de la línea 1 del proyecto más importante del país en lo que va del siglo XXI.
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De la ERU viene la nueva secretaria
Sacar adelante el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es, quizá, el mayor reto del Distrito en el 2021. Y ya no estará en manos de quien lideró la primera parte del proceso. El 28 de diciembre se conoció la renuncia de Adriana Córdoba, la primera secretaria de Planeación de esta administración, quien, en diálogo con EL TIEMPO, aseguró que el proyecto estaba listo en un 80 % y que, durante la fase de participación, se habían recibido 11.666 aportes.
Deja un POT que se guía según las líneas de visión regional, respuesta al cambio climático, conexión con la ruralidad, importancia de la estructura ecológica principal y la necesidad de una ‘ciudad de proximidades’.
Esto queda en manos de María Mercedes Jaramillo, quien fue designada el 30 de diciembre como la nueva secretaria de Planeación. Hasta entonces, Jaramillo había sido gerente de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano (ERU).
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¿Quién es?
María Mercedes es arquitecta de la Universidad de los Andes y magíster en Urbanismo, Ordenamiento y Desarrollo Local del Instituto de Estudios Políticos de París. En 2015 pasa a ser gerente de Desarrollo Urbano Sostenible en ProBogotá Región. En 2020 se desempeñó como gerente de la ERU y se enfrentó a proyectos como el Complejo Hospitalario San Juan de Dios; Borde Río, que viene de la administración pasada, pero que será transformado en esta; y la renovación del centro, que incluye el plan Bernardo, el complejo de negocios de San Victorino y lo que será el Bronx Distrito Creativo.
Para algunos, Jaramillo cumple con el perfil profesional para el cargo.
Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, advierte que en la dirección de Planeación se requiere de una persona con capacidad de liderazgo y con “conocimiento técnico de temas urbanos, que pueda dar línea en temas como POT, ciudad región, política social (la pobreza y marginalidad requiere mejorar los instrumentos de identificación de beneficiarios), y revisar los modelos de estratificación urbana”. Resalta, sobre todo, que es esencial la experiencia en asuntos normativos para evitar posteriores demandas al POT.
De otro lado, Mario Noriega, arquitecto y urbanista, alerta de que la nueva secretaria, “para dar cumplimiento al ‘pacto social’, no debe tener preferencia sobre alguno de los sectores interesados en el POT. Debe equilibrar ciudad, ciudadanía y sector privado”. Asegura que los temas claves en la recta final del POT son: evitar la densificación excesiva, la estructura de barrios actuales, la articulación regional y la economía, “que no se debe limitar a la construcción y la especulación inmobiliaria”.
Una tarea pendiente de su antecesora será ver la actualización de los mapas de riesgo de la ciudad y los efectos que tengan sobre el plan. Además, Jaramillo deberá definir si los plazos dejados por Córdoba serán los adecuados para tramitar el POT. La meta era que, a mediados de 2021, el proyecto llegara al Concejo de Bogotá, para que se debatiera y aprobara antes de que termine el año.
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Otras dos salidas: Terminal y una alcaldía local
Dos cambios más hubo en el Distrito en los últimos días de 2020: se trata de la gerencia de la Terminal de Transportes y de la alcaldía Local de Ciudad Bolívar.
Por una parte, este 31 de diciembre se confirmó la salida de la gerente de la Terminal de Transportes, María Carmenza Espitia Garcés, quien estaba al frente de la entidad desde el 28 de enero de 2016, cuando fue designada para el cargo por Enrique Peñalosa. Espitia tenía una trayectoria de vieja data en la terminal: había estado en la dirección de Servicio al Ciudadano desde 2012 y, en 2013, comenzó a ejercer como subgerente de Servicios Operacionales e Infraestructura, puesto en el que estuvo hasta ser nombrada gerente general. Fuentes le confirmaron a EL TIEMPO que esta abogada y especialista en Derecho Administrativo aún tenía vigente su contrato.
Por ahora, no se conoce quién será su reemplazo, que, por cierto, no solo se enfrenta a la reactivación progresiva de la terminal en medio de la pandemia, sino al piloto de parqueo en vía que se hará justamente allí.
De otro lado, también se reportó la salida de Ricardo Rodríguez Cárdenas, alcalde local de Ciudad Bolívar. Cárdenas había trabajado en la personería de Soacha y en el IDU, y en 2020 tuvo que hacerles frente a los efectos sociales y económicos de la pandemia del covid-19 en una localidad donde vive buena parte de la mano de obra formal e informal de Bogotá. No se tiene información de las razones de su salida, solo se sabe que renunció.
Lo reemplazará, en encargo, Horacio Guerrero García, quien se había desempeñado en la Secretaría de Gobierno como subdirector de Asuntos Étnicos. García, como su antecesor, deberá poner la lupa sobre indicadores de seguridad, el fenómeno de ‘tierreros’ y la recuperación de la localidad en 2021.
BOGOTÁ
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