Melilla también es discriminada en el derecho a la educación de personas vulnerables y vuelve a ser el “patito feo”. No hay excusas válidas que puedan justificar que esta ciudad autónoma, sea el único lugar del estado español donde las personas con sordera NO tengan igualdad de oportunidades a la hora de afrontar el año académico, algo que desde el equipo de Gobierno de la ciudad se está ignorando.
Desde CGT Melilla y CGT Andalucía queremos denunciar la situación que las intérpretes de lengua de signos en el ámbito educativo y el alumnado sordo, están padeciendo, impropia de un estado miembro de la Comunidad Europea. Por ello nos vamos a dirigir por escrito al Ministerio de Educación exigiendo una solución inmediata para este colectivo de trabajadoras y para la comunidad educativa con discapacidad auditiva.
Igualmente, CGT denuncia el procedimiento establecido por el Ministerio para renovar una bolsa de empleo de carácter rotativo anual durante el curso escolar, teniendo que repetir el proceso selectivo, que aparte de no contar con un tribunal especializado (ausencia de personas sordas, profesionales o docentes de la lengua de signos española…) es además de carácter excluyente: la superación o no del proceso, que sólo consiste en una prueba práctica, no te posiciona dentro de una lista, sino que automáticamente te deja fuera de ella, procedimiento que se lleva repitiendo desde hace más de diez años y que conlleva el establecimiento de contratos que se presumen en fraude de ley que fomentan la precariedad e inestabilidad laboral.
Prácticamente a las puertas de la finalización del primer trimestre, las intérpretes LSE aún no han sido convocadas para comenzar a trabajar en los centros educativos, hecho que las sitúa, en un momento de crisis como la que estamos viviendo, en un contexto de precariedad laboral injusta, además de dejar al alumnado sordo de la ciudad autónoma desprovistos de su derecho a contar con un intérprete dentro del aula, que les haga posible el acceso a una educación inclusiva de calidad como refleja la Ley 27/2007 y que impida la barrera comunicativa a la que vienen siendo sometidos desde el inicio del curso.
A la precariedad laboral de las intérpretes de lengua de signos se une la desidia administrativa, creando una situación insostenible tanto para las trabajadoras como para los usuarios.
Asimismo, desde CGT queremos aprovechar para solidarizarnos con las niñas y niños de Melilla y sus familias, a quienes se les impide la escolarización desoyendo los pronunciamientos de altas instituciones del estado e internacionales y exigimos su derecho a la educación, el respeto a los mismos valores y criterios que en el resto del territorio nacional, rechazando plenamente el trato que reciben de las administraciones, mas propio de una colonia, por lo que mostramos nuestro incondicional apoyo a las concentraciones de protesta que realizan cada viernes.
CGT apuesta por una educación universal, pública, laica y con estabilidad laboral para todo el sector educativo.
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