“Derecho, política y sociedad”
Germán Alfonso López Daza*
La reciente decisión del Congreso argentino de despenalizar completamente el aborto en el país austral, abre nuevamente el debate en Colombia cuando justamente la Corte Constitucional, ha recibido 4 demandas que buscan legalizar esta práctica sin ninguna consecuencia penal.
Como es bien sabido, en Colombia esta discusión no se ha realizado en el Congreso de la República, por lo que ha sido la Corte Constitucional la que ha tomado la vocería. Fue así como en el año 2006 mediante la sentencia C-355 lo despenalizó en 3 casos muy precisos y en sentencias de tutela posteriores, reconoció el aborto como un derecho fundamental de la mujer.
Este tema es uno de los más complejos a los que se enfrenta la ciencia jurídica y más concretamente el derecho constitucional, pues de un lado existe la obligación del Estado de proteger la vida desde el momento de la concepción y, por otro lado, reconoce a las mujeres el derecho al libre desarrollo de la personalidad y su autonomía sexual.
Sin embargo, la Corte determinó que estos derechos entrarían en colisión cuando esté de por medio la vida o la integridad física o mental de la madre gestante.
En esos casos, el Alto Tribunal ha concluido que el derecho a la vida no es absoluto, es decir que se permitiría su vulneración, tal como también ocurre en la eutanasia. Es aquí donde se encuentra el centro de la controversia. En tales situaciones de conflicto entre los derechos de la mujer y los del ser en gestación, priman los de aquella cuando haya existido violación, cuando el embarazo ponga en peligro su vida o cuando exista malformación del feto.
La Corte deberá pronunciarse sobre estas nuevas demandas y tendrá que decidir si la norma penal que castiga el aborto es inconstitucional, con lo cual se abriría la puerta para la interrupción voluntaria y libre del embarazo, o dejará las cosas tal como están. Cualquiera que sea la decisión habrá controversia e inconformismo ya que es un tema con un alto contenido ético que causa profundas divisiones. El debate sigue abierto. (*Dir. Grupo Nuevas Visiones del Derecho – USCO).
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